jueves, 18 de junio de 2009

Las endorfinas, el Cupido del amor


Las endorfinas, el Cupido del amor


Los compositores de poemas, jamás habrían imaginado, que ese fuego que sentían al componer uno de sus poemas, o todos sus poemas, se debía a una dinámica química responsable de las hormonas Endorfinas.


El “amor”, NO deja de ser una conjunción de reacciones químicas, ligadas a otras actividades, como la alimentación, actividad sexual, entre otras.


Este tipo de reacciones poseen una función determinada, como la de crear vínculos que permitan cuidar a la descendencia.“Amor”, emoción causada, por las endorfinas, que actúan como neurotransmisores y que aumentan en los momentos placenteros de la vida.En concreto, intervienen la norepinefrina, la dopamina y la feniletilamina.


Los sentimientos no se generan en el corazón, sino en el cerebro.


Los pasos del amorNos enamoramos paso a paso: en una primera fase reconocemos actitudes en la pareja, virtudes y elementos clave que responden a la frase “me parece atractivo”.


La segunda fase, es el momento de fantasías desbocadas, en el que atribuimos cualidades extraordinarias a nuestra pareja debido al bienestar endorfínico que nos produce su cercanía.En esta fase la reacción es explosiva, nos aferramos a la reacción química que nos produce una persona y le atribuimos cualidades que en realidad no conocemos'.En las dos últimas etapas hay más trato y actividades en común, y se crea un vínculo emocional y sexual, con una segregación importante de la feniletilamina, que también aparece en el chocolate, de ahí que no sea casual que se considere a este dulce como a un sustitutivo del sexo.


Aquellos que comparan el amor con una droga, no carecen de razón, cuando termina de segregarse esta sustancia es cuando aparecen los problemas, ya que las Endorfinas junto con las apomorfinas son las hormonas que inducen a la adicción.La diferencia entre lo que es una emoción y un sentimiento, radica en que la primera es una reacción fisiológica, mientras que los sentimientos conllevan a una consciencia de la emoción.

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